domingo, marzo 21, 2010

Cuatro poemas de Mario Montalbetti

. Estudio de sardinas Persigo monedas de plata, persigo su sonido frío y gastado: el rostro de una mujer en el anverso, de labios finos y párpados bovinos. Una belleza circular. En el reverso un sileno desnudo, mirando a la izquierda. Un grabado vulgar, un individuo vulgar a punto de masturbarse. Lo hace: el lenguaje es más rápido que el mundo. La sardina es más rápida que el lenguaje. La dorada A la pregunta ¿cuánto has amado? responde como si el lenguaje, mejor aún, como si el vino se hubiera acabado. Di que has de ir por más. Afila luego el cuchillo y eviscera la dorada que yace exangüe sobre el batán vil de la cocina. Y con la misma hoja separa lo tuyo de lo tuyo. Es tuyo. Magnificant Después del trabajo remunerado, inmune, casi nupcial, y de cuidar al hijo que no caiga, y de hacer nocturno el amor, apago los megavatios y bebo alcohol hasta las puntas (alcohol munerado, mune, casi nupcial) y luego veo entre las costillas de las persianas el alba naranja como una papaya madura que cae del cielo y se hace añicos sobre el pavimento. Objeto y fin del poema Es de noche y tiene que aterrizar antes de que se acabe el combustible, Así terminan todos sus poemas, tratando de expresar con un lenguaje público un sentimiento privado. Su ambición es el lenguaje del piloto hablándole a los pasajeros en medio de una situación desesperada: parte engaño, parte esperanza, parte verdad. Todos los poemas terminan igual. Hechos pedazos contra un cerro oscuro que no estaba en las cartas. Luego hallan los restos: el fuselaje, la cola como siempre, intacta, el olor a cosa quemada consumida por el fuego. Pero ninguna palabra sobrevive. Mario Montalbetti El lenguaje es un revólver para dos Colección Underwood. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2008.

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