jueves, noviembre 14, 2013

El efecto


[uno]
en el jardín
hay
(me levanto a contarlos)
28 hongos maduros
pálidos
manchados de café
reunidos en un semicírculo
mágico
entre el pasto crecido
y los excrementos



[dos]
más allá puede
verse otro
grupo de hongos
pequeños
(como clavos)
ocho en total
reunidos
bajo el naranjo



[tres]
hace quinces días
habían salido
también
tantos
como



[cuatro]
junto a los hongos
grandes
(y esponjosos)
(recientes)
las esferas amarillas
de las naranjas
caídas del árbol
apenas
ayer u hoy
entre el pasto



[cinco]
arriba
en la maraña
ahí donde la mano se lastima
allí hay muchas más esferas
verdes y amarillas
lavadas



[seis]
l a   l l u v i a   l o   h a   l a v a d o
t o d o
t o d o   l o   h a   l a v a d o
l a   l l u v i a
l a   l l u v i a   t o d o
l o   h a



[siete]
l a   l l u v i a   s e   l o   h a   l l e v a d o
t o d o
t o d o   l o   h a   s e c a d o
l a   l l u v i a
l a   l l u v i a   t o d o
t o d o   l o   h a   a m a d o   /   l o   h a



[ocho]
(olvidaba decir que a-
quella vez
cuando salvamos los hongos
de la podadora
los pusimos
sobre la mesa
en hileras
casi un kilo de una
gran familia
jamás fotografiada
ni comida)



[nueve y]
no hay necesidad de dar culto a lo N
basta aislar un poco de esas cosas, en las zonas
o aunque sea un solo ser, una parte de lo N
para que de inmediato se instale una positividad, un
motivo, un-
a experiencia para habitar
activada por las formas de ver el mundo
que todavía nos gobiernan



[...]
hongos, los

hay que aprovecharse
de ese efecto



Juan Alcántara
Botella. Poemas 2000-2003
Universidad Iberoamericana, 2013.

No hay comentarios.: