sábado, diciembre 14, 2013

Dos poemas de Julián Herbert


Cristo no te ama

They shoot horses, dont they?
Horace McCoy

Entonces abre la ventana y tírate.
Los Tres


Te estás poniendo fea y Cristo no te ama,
gorda,
lo gritan las paredes del gimnasio,
musa gorda,
no bajes (se refieren
a la caminadora), no bajes
que así bajarás mejor (Cf.
Juan de Yepes; qué
creías, también yo
cursé licenciatura).
No bajes que así bajarás mejor:
están hablando
de ti
diciendo: Cristo
no te ama.
Cristo no te ama. Todavía
te invita a pasear
a solas:
te lleva a las afueras,
te tumba en cobertizos,
la mete a tus espaldas,
murmura entre los grillos
la cantinela esa de los años 80:
"Ya no te quiero, pequeña,
ahora amo a los caballos",
engolfando la voz
con calculado aprendizaje de
Misterios; inundación: un
circo de pulgas castálidas.
No te ama.
Cristo no te ama. Persigue
en las inauguraciones
a las entecas novias
de los raperos
y los diseñadores
y los ciberotómanos
y los aduladores-
niñas que tienen todo el look
pero jamás se dejarían
sacar un ojo por el goce;
pergeña números
que son Su Nombre
en las comandas de los
Vips con la esperanza
de que las nietas del dinero
le manden un sms; patea botes (oscuro
bajo la noche sola) con tal
de no llamarte, de no
saltar borracho a tu piscina
tan sucia de hojas secas:
tan égloga en asilo.
Te estás poniendo fea,
fétida, malsana, pretenciosa,
musa gorda,
y Cristo no te ama:
ahora ama a los caballos.
Escúchame: ¿acaso no
matan a los caballos...?
No luches.
No me escupas.
Te estoy haciendo un favor.



Splendor in the Wrap

Deseoso es aquel que huye de su madre.
José Lezama Lima


Anoche el Espíritu de las Navidades Futuras me hablaba
sin hacer pausas para respirar
como si lo hubiera poseído el espíritu de mi madre. Decía:
"una limosina en la alfalfa / mira cómo la perra
se desnuda / posesionarios
de terrenos federales / tímidas, sedentarias, solitarias, caníbales
y nocturnas /
Tóxico Sólido No Peligroso / agujeritos
que hace la muerte en el muro del kindergarten / el
amor de mi vida has sido tú /
el amor de mi vida sigues siendo tú". Era un
baldío y lo llamábamos
la alfalfa: ahora han puesto un Soriana y quinceañeras
cruzan el estacionamiento saludando
desde sosos quemacocos
a la gente y los carritos
en sus nubosas ropas
las quinceañeras: acarreo
de mortadela: acarreo
de votantes: acarreo
de pensionados a la fiesta. Queda (pero dónde) lo que no
se compara la metáfora de
sí.
"La pobre: cinco meses de salario tirados en una noche
y el marido la engaña, el amante la engaña, la mujer
con la que tiene cibersexo la engaña", decía (el voto, la pensión, la
mortadela: olor a muerto sin bañar) el Espíritu de las
Navidades Futuras poseído por
el espíritu de mi madre: "Habrase visto: una
limosina en la alfalfa,
una limosina en la alfalfa, una
limosina en la alfalfa".



Julián Herbert
Álbum Iscariote
Era, 2013.

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