martes, junio 14, 2016

muchachos yo vi


vi a oswald de andrade
el padre antropófago en el 49
reclinado en un sillón
leyendo trópico de cáncer de henry miller
(la rosa de los alkmin maría antonieta lo mimaba
mientras él aplastaba con el martillo de nietzsche
rebeldes cabezas de diamante)

vi a ezra pound en el 59
en la vía mameli en rapallo
(tuesday       four pm       ore sedici)
alzando con las manos el gato de gaudier-brzeska
una forma felina que ocupaba todo el espacio
de un exiguo pedazo de mármol gris
(para entonces el viejo ez ya había comenzado a hundirse en su silencio
y los ojos rubios chispeaban a la inútil
búsqueda de punti-luminosi)

vi a roman jakobson en la jolla
california año 66
(a su lado krystyna pomorska rubia cabeza altiva)
pasé rápido la prueba de las palabras alteradas:
v zviózdi vriézivaias / "entremezclado con las estrellas"
agujero negro en la primera estrofa
del poema de mayakovski a serguei essenin
(ven a oír krystyna a un poeta brasileño
que ha resuelto el problema de la rima al revés
en la traducción de los versos de vladimir)

me invitó entonces a comer comida árabe
y fueron muchas las veces y los lugares en que volvimos a vernos
encuentros marcados por luminosas dosis de vodka
(albo lapide notari - decían los romanos)
incluso me destinó una carta
abierta
después de haber leído las coplas de martín codax
sobre el mar de vigo

vi a francis ponge en bar-sur-loup
año 69 diez años después de parís rue lhomond
cuando abrió ante mis ojos
el sena
un poema desplegable fluente como un río
y suspendió de la pared del estudio su araña
tutelar
     - l'araignée mise au mur - magnífico
rector de la saliva
de abolenga progenie mallarmeana -
pero ahora en la provenza en bar-sur-loup
en los límites de su vaso de agua
estaba entero
franciscus pontius nemausensis
sobrio lapidario de gres y piedra pómez
separando palabras como quien escoge
minerales de textura y color diverso y los perfila
contra la luz
uno a uno

vi a max bense
celebrando con estudiantes en el drei mohren
stuttgart / estucardia       año 64
la solución del enigma rembrandt
programada a través de la fórmula de birkhoff:
el cociente de belleza emergía purísimo
de una retícula violeta
como venus-afrodita surgiendo toda desnuda
de la espuma del mar color de vino

vi a julio cortázar años más tarde
en parís rue de l'éperon
me llamó cronopio como hacía
con los amigos
(él cronopísimo       el mayor de todos):
solíamos comer en un restaurante griego
cerca del hotel du levant
en la arpegeante calle de la harpe
y un día me hizo entrar en uno de sus cuentos
donde me puso a transcribir de atrás hacia delante en lengua muerta
un soneto suyo corredizo como un zíper
(después me describió como un cachalote con las barbas de neptuno
en el centro extremo del círculo
de los amigos brasileños)

vi todo eso y mucho más
en la vida del consolato por ejemplo
vi a murilo mendes entre cuadros de volpi
preguntando por la edad del serrucho
y en esa misma roma de fachadas amarillo-huevo
en la trattoria del buco
a ungaretti el leonado ungaretti
(que solía platicar con leopardi
en el confesionario de las estrellas)
me preguntó una vez en tono de confidencia:
ci sono ancora quelle mulattine a san paolo?
(no había ninguna mulatica - era apenas
me explicó más tarde paulo emilio -
la fantasía impetuosa del poeta

así que vi todo eso
todo eso y mucho más
y ahora tengo derecho a una cierta ciencia
y a una cierta impaciencia
por eso no me manden manuscritos dactiloscritos telescritos
porque sé que la filosofía no está hecha para los jóvenes
y la poesía (para mí) se parece cada vez más
a la filosofia
y ya que todo al final es niebla-nada
y mi tiempo (consideremos) puede ser poco
y hasta ahora solo he podido traducir unos doscientos setenta versos
del primer canto de la Ilíada
y me queda además el deseo mal contenido
de aprender árabe y yoruba
y la necesidad de reunir todas las fuerzas disponibles
para resistir a mefisto y no vender el alma
y seguir firme
en posición de loto
mientras todos esos recados ambiguos (digo: vida)
caen en la contestadora electrónica



Haroldo de Campos
Traducción: Idalia Morejón Arnaiz
Potemkin Ediciones, no. 11, junio-septiembre 2015.
La colección completa de la revista Potemkin Ediciones puede leerse en línea aquí.

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